Decálogo para que la regulación del cannabis contribuya a la paz social

Decálogo para que la regulación del cannabis contribuya a la paz social
25 Febrero 2020
Senadores Ciudadanos
Legislatura: 
LXIV

 

 

  • El decálogo Regulación para la paz, que presentaron hoy, las y los Senadores de Movimiento Ciudadano, tiene las exigencias mínimas para que la regulación del cannabis sirva a México: contempla desde la descriminalización y despenalización, hasta la prevención, la inclusión comercial y la amnistía.
  • “La propuesta del grupo mayoritario sobre el cannabis, es profundamente conservadora, prohibicionista y anticlimática”, sostuvo Dante Delgado, coordinador del Grupo Parlamentario.
  • “Tan perjudicial puede ser el paradigma prohibicionista como la sobre regulación que plantea la mayoría legislativa y que no nos permitiría atender los problemas de fondo”, añadió el senador Clemente Castañeda.

 

La regulación del cannabis que está por discutirse en el Senado de la República, imprescindiblemente deberá contribuir en la recuperación de la paz y generar justicia social en el país, señalaron las y los senadores del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano.

Las y los legisladores presentaron hoy su postura frente a la legislación del cannabis, partiendo de tres pilares indispensables: la descriminalización y despenalización de todo acto relacionado con la planta; la regulación responsable basada en la libertad de las personas y como oportunidad para generar un mercado interno; y la justicia e inclusión para las víctimas del régimen de prohibición y de la guerra contra las drogas.

“El tema del cannabis ha traído como consecuencia que miles de personas se encuentren encarceladas, que se criminalicen eventos que no deberían de estarlo y que se permita que la delincuencia capture la voluntad, el patrimonio y la libertad de campesinos mexicanos en muchas regiones del país, por ello, discrepamos del proyecto de dictamen que la mayoría legislativa desea abordar en los próximos días”, dijo el senador Dante Delgado, coordinador del Grupo Parlamentario.

El proyecto de reforma del grupo mayoritario que circula en el Senado, es profundamente conservador, prohibicionista y anticlimático, y permite que se siga sancionando a inocentes y que los campesinos caigan en redes de la delincuencia organizada que tenemos que erradicar, sostuvo Delgado.

“Estamos convencidos que el paradigma prohibicionista que ha prevalecido en México durante los últimos cien años, ha sido totalmente nocivo para la vida pública de nuestro país y que es un buen momento para pasar a la regulación responsable. Cuando decimos regulación responsable advertimos que tan perjudicial puede ser el paradigma prohibicionista, como la sobre regulación que no nos permitiría atender los problemas de fondo”, dijo el senador Clemente Castañeda, vicecoordinador del Grupo Parlamentario.

La senadora Patricia Mercado destacó que, con esta regulación responsable que se propone, el Estado recaudará impuestos que deberán ser utilizados sólo para campañas de prevención, políticas públicas de salud y apoyo a familias y comunidades. “Regular hace un círculo virtuoso muy importante para generar paz, salir de esta inseguridad, generar bienestar y desarrollo, y por supuesto, mejores políticas públicas de salud”, dijo.

Movimiento Ciudadano presentó el decálogo Regulación para la paz, que es una guía de exigencias básicas que se construyó con activistas y organizaciones de la sociedad civil para que la reforma funcione y le sirva a México:

1.     Descriminalización y despenalización. Cultivar, transportar y consumir no debería ser un crimen y con esto se abrirá paso a una regulación de los aspectos comerciales, como el tabaco y el alcohol.

 

2.     El derecho al libre desarrollo de la personalidad debe estar por encima de los intereses comerciales, esto significa que no se deben generar esquemas para orillar a los consumidores a prescindir del autocultivo, por lo que debe evitarse la sobrerregulación. Al tiempo, deben eliminarse los límites para el autocultivo personal y la propuesta de un registro obligatorio. 

 

3.     Inclusión comercial del sector social y de los campesinos. La regulación debe generar oportunidades y restituir a las víctimas de la guerra contra el narcotráfico, como los campesinos. Por ello, debe privilegiar el acceso a la producción y comercio legal de cannabis a los pequeños productores por encima de los grandes intereses comerciales. Si la regulación los mantiene en la marginalidad la solución habría sido peor para este sector.

 

4.     No a las barreras de entrada. Se debe eliminar todos los obstáculos para los campesinos y productores nacionales en este mercado. Si vamos a regular el cannabis, no podemos entregar este sector a las transnacionales extranjeras. Esto implica eliminar los costos de producción que se pretenden imponer.

 

5.     No a la trazabilidad. Se debe eliminar la trazabilidad de las semillas y plantas porque constituye una determinante barrera de entrada al mercado para los productores nacionales.

 

6.     La regulación necesita un Estado fuerte y eficaz. Para que la regulación sea efectiva se requiere de un Estado en condiciones de fiscalizar el comercio, de garantizar el acceso a la información y a la salud, de establecer controles de acceso a menores de edad y de evitar la captura de agentes económicos dominantes.

 

El modelo de regulación, por ello, debe ser mixto, es decir, con un control fuerte del Estado en la intermediación y comercialización, pero permitiendo la mayor inclusión de agentes económicos locales y la mayor libertad de las personas tanto para el consumo como para el autocultivo.

 

7.     Antimonopolio cannábico. La nueva legislación debe prever que no se generen esquemas monopólicos u oligopólicos en el mercado del cannabis, lo que excluiría a los pequeños productores e iría por tanto contra el espíritu de una regulación para la paz. 

 

8.     Amnistía. Deben generarse modelos de amnistía basados en la justicia transicional tanto para consumidores que están en prisión, como para pequeños productores y comercializadores, en el marco de una garantía del derecho a la verdad sobre su actuación en la guerra contra las drogas.

 

9.     Federalismo cannábico y diversificación de políticas. El modelo de regulación del cannabis debe entender el contexto de las comunidades y atender a las distintas realidades del consumo y producción del cannabis en el territorio nacional, generando esquemas legislativos que posibiliten que los estados y municipios establezcan sus parámetros.

 

10.  Nunca descuidar la salud y la prevención. La regulación no debe descuidar la prevención, por ello se deben generar controles de acceso al consumo para menores, ofrecer información puntual y veraz de carácter científico y basada en la evidencia, regular la publicidad y, permanentemente evaluar el desempeño de esta nueva política.

 

El decálogo es impulsado también por las senadoras Indira Kempis, Verónica Delgadillo y los senadores Juan Zepeda, José Ramón Enríquez y Noé Castañón.