- La senadora de Movimiento Ciudadano sostuvo que las jóvenes y las mujeres no deben seguir viviendo con miedo a las burlas o faltar a clases o al trabajo por no tener toallas sanitarias.
La senadora Amalia Gacía Medina, integrante del grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano, aseguró que el Estado mexicano tiene la obligación de garantizar una menstruación libre y digna a través de políticas públicas en el ámbito legislativo y presupuestal.
Durante el foro “Menstruación libre, una realidad regional como sinónimo de dignidad”, realizado este jueves en las instalaciones del Senado de la República, la legisladora de la Bancada Naranja mencionó que a través de políticas públicas se debe de liberar de prejuicios, de cuestionamientos y de falta de visibilidad a este proceso biológico.
“La menstruación no debería ser un tema solo privado ni un tabú. En el movimiento feminista hemos dicho que lo personal es político. Y en este caso, cuando hablamos de que lo personal es político, lo que estamos diciendo es que es un hecho personal, debe reconocerse en su dimensión pública, política y que requiere que se tomen decisiones en el ámbito legislativo, en el ámbito presupuestal, para que pueda ser atendida cada mujer, cada joven y tenga las condiciones para desarrollar su vida con respeto y con dignidad”, expresó.
La senadora García sostuvo que las jóvenes y las mujeres no deben seguir viviendo con miedo a las burlas o faltar a clases o al trabajo por no tener toallas sanitarias.
“Debemos hablar, exigir, demandar, plantear que se generen las condiciones para tener todo el respeto a este proceso biológico natural. Por eso estamos aquí, porque queremos un México donde menstruar no sea motivo ni de abandono escolar, ni motivo de abandono en el ámbito laboral, ni motivo para detener nuestra vida cotidiana, ni participar en los espacios deportivos, ni de convivir en comunidad”, subrayó.
“El Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a esa educación, a una nueva cultura incluyente y también de respeto, y tiene la responsabilidad de que en las escuelas se garantice el tener acceso a productos de higiene menstrual, que haya sanitarios adecuados y a que se construya una nueva visión en la que esté ausente de manera definitiva y total la burla, el sarcasmo o el miedo”.
A su vez, María Fernanda Cámara, fundadora y directora general de la organización Creadoras de Futuro, explicó que en México hay más de 4 millones de niñas, adolescentes y mujeres que viven en comunidades rurales y la mayoría de ellas sin acceso a productos de higiene menstrual, agua potable y baños adecuados.
Durante el foro, las integrantes de Creadoras de Futuro presentaron la investigación denominada “Menstruación libre en zonas rurales, una realidad regional como sinónimo de dignidad” que se realizó en comunidades rurales de México, Colombia y Perú para entender la realidad de la situación menstrual de las mujeres, niñas y personas menstruantes.
“Hay niñas que simplemente prefieren no ir a la escuela, porque si se manchan no tienen manera de lavar sus manitas. Y es en ese sentido que hemos venido aquí, a sembrar solidez, para que nuestras voces sean evidencia del trabajo comunitario con las mujeres, que no han tenido nunca la posibilidad de tomar un micrófono, pero que se han vivido y padecido en carne propia estos eventos, siendo inclusive yo una de ellas”, expresó Cámara.
Durante el evento, Martha Tagle, Directora del Instituto de Capacitación y Concertación Ciudadana de Movimiento Ciudadano, ofreció una conferencia para hablar sobre la pobreza menstrual y las políticas públicas necesarias para combatirla.
“La pobreza menstrual tiene que ver cuando no tienes las condiciones para gestionar tu menstruación en condiciones de dignidad, lo que implica que te limiten tu capacidad de comprar productos menstruales, que tengas problemas de acceso a infraestructura sanitaria, el acceso al agua, y por supuesto las afectaciones que impiden que tú puedas desarrollar tus actividades de manera cotidiana, como trabajar, ir a la escuela, y que tú no tengas toda la infraestructura para poder atender eso. Eso es lo que se conoce como pobreza menstrual”, explicó la también experta en temas legislativos con perspectiva de género.
Por ello, consideró que es necesario impulsar políticas públicas que permitan gestionar la menstruación en condiciones de dignidad como la provisión gratuita de productos, la licencia menstrual, crear programas de educación menstrual en escuelas para desestigmatizar, así como garantizar baños y agua potable en espacios públicos y centros de trabajo.
“Me parece fundamental garantizar de entrada el acceso a productos de gestión menstrual a las poblaciones en condición de vulnerabilidad. Necesitamos que las políticas públicas involucren a las usuarias. No podemos seguir viendo que sea el funcionariado público desde un escritorio hacer una política pública sin tomar en cuenta realmente las necesidades de las mujeres”, puntualizó.